Las carnes procesadas son aquellas que han sido tratadas de alguna forma para mejorar su sabor, textura o color. A menudo, esto se logra añadiendo sal, azúcares o grasas. Las carnes procesadas también pueden estar fritas o enlatadas.
Aunque las carnes procesadas pueden ser más sabrosas y convenientes que las carnes frescas, también son mucho más perjudiciales para la salud. Estas carnes están llenas de ingredientes dañinos y son muy altas en grasa, sodio y calorías.
Las carnes procesadas pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, cáncer y obesidad. También pueden aumentar la presión arterial y el riesgo de derrames cerebrales.
Las carnes procesadas son particularmente perjudiciales para los niños, ya que pueden afectar el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso. También pueden aumentar el riesgo de obesidad y enfermedades crónicas en la edad adulta.
Por todas estas razones, es mejor evitar las carnes procesadas. Si desea consumir carne, opte por carnes frescas o cocidas en casa. Estas carnes son mucho más saludables y no están llenas de ingredientes dañinos.
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