El gigante de la fabricación 3M se ha encontrado enterrado bajo una montaña de problemas legales por uno de sus productos más pequeños: los tapones para los oídos.
Al igual que la ropa interior térmica y las zapatillas de deporte que los hombres empiezan a usar al cumplir los 50 años, los tapones para los oídos no tienen que “quedar bien”, sino que deben cumplir su función. Sin embargo, según miles de veteranos estadounidenses, los tapones de 3M no lo hacían.
Después de tres años de costosos litigios, 3M anunció que escindiría su unidad de atención sanitaria y colocaría su filial de tapones para los oídos, Aearo Technologies, en el capítulo 11 de la ley de quiebras.