Vladimir Putin sólo ha viajado fuera de las fronteras de la Unión Soviética dos veces este año. Una fue para visitar China en febrero, y otra para visitar Irán el mes pasado.
Al igual que Rusia, tanto China como Irán ven a Estados Unidos como un adversario. Si el mundo se está dividiendo en dos bloques que compiten entre sí -democracia frente a autocracia, como ha dicho el presidente Biden-, Rusia, China e Irán constituyen el núcleo del bloque antiestadounidense. Y últimamente parecen estar aumentando su cooperación.
Sus vínculos más estrechos plantean una perspectiva alarmante: ¿Y si los tres países deciden enfrentarse a Estados Unidos simultáneamente en algún momento, en un esfuerzo por superar la capacidad de respuesta estadounidense?