Hay una razón por la cual la dieta mediterránea se ha denominado la dieta de la longevidad. Las investigaciones muestran que las personas que siguen el plan de alimentación, que favorece los alimentos frescos en lugar de los procesados, tienden a vivir no solo una vida larga, sino también una vida larga y saludable. No por casualidad, también es el más seguido por las personas que viven en las Zonas Azules, esas cinco regiones del mundo con la mayor concentración de centenarios sanos.
Nueces
Son una fuente densa de nutrientes que pueden respaldar nuestro sistema inmunológico y metabolismo, equilibrar la inflamación y la salud intestinal, promover la salud del cerebro y el corazón, así como ofrecer propiedades preventivas del cáncer
Aceite de oliva
El aceite de oliva está cargado de polifenoles, potentes antioxidantes que pueden ayudar a proteger contra varias dolencias asociadas con la edad, como el Alzheimer, el Parkinson, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
Granos integrales
Se cree que los beneficios para la salud son el resultado del alto contenido de fibra que se encuentra en los alimentos integrales, lo que puede reducir la producción de colesterol. Además, los granos enteros pueden reemplazar los granos blancos refinados, que tienen un impacto negativo en la insulina, el azúcar en la sangre y la saciedad.