La guerra de Ucrania ha hecho más urgente el impulso de introducir más herramientas de inteligencia artificial (IA) en el campo de batalla.
Las preocupaciones éticas sobre el uso de la IA en la guerra se han vuelto más urgentes a medida que la tecnología se vuelve más y más avanzada, mientras que la perspectiva de las restricciones y regulaciones que rigen su uso parece más remota que nunca.
Las empresas que venden IA militar dicen que pueden ayudar en todo, desde lo mundano hasta lo letal, desde la revisión de currículos hasta el procesamiento de datos de satélites o el reconocimiento de patrones en los datos para ayudar a los soldados a tomar decisiones más rápidas en el campo de batalla.
Los drones autónomos pueden utilizarse para la vigilancia o los ataques por tierra, aire o agua, o para ayudar a los soldados a entregar suministros de forma más segura de lo que es posible por tierra.