Por un lado, están paralizando la agricultura. La producción europea de girasol ha disminuido, lo que agrava la escasez mundial de aceite de cocina, y es probable que los molinos de grano a lo largo del Rin cierren pronto.
Las vacas están produciendo menos leche y de menor calidad, y los efectos podrían empeorar a medida que la producción de maíz (que se utiliza como alimento para las vacas) caiga muy por debajo de la producción del año pasado.
Los animales no domesticados tampoco escapan a los efectos de la sequía, ya que han aparecido miles de peces muertos en la orilla del río Tille, en Francia, y la vida acuática está en peligro en toda Europa.