En medio de la pandemia, el gobierno dio prestaciones de desempleo a los encarcelados, a los imaginarios y a los muertos. Envió dinero a “granjas” que resultaron ser patios traseros. Concedió préstamos a 342 personas que decían llamarse “N/A”.

Mientras el virus cerraba empresas y obligaba a la gente a quedarse sin trabajo, el gobierno federal envió dinero de ayuda a los nuevos desempleados para impulsar la economía. Eso incluyó 3.1 billones de dólares que el ex presidente Donald J. Trump aprobó en 2020, seguido de un paquete de 1.9 billones de dólares firmado en 2021 por el presidente Biden.

Pero esos dólares llegaron con pocas condiciones y una mínima supervisión. El resultado: uno de los mayores fraudes de la historia de Estados Unidos, con miles de millones de dólares robados por miles de personas, incluido un aficionado que se jactó de su actividad delictiva en YouTube.