Se suponía que el streaming iba a liberar a los consumidores de los problemas del cable: precios mensuales elevados, toneladas de anuncios y programación innecesaria.
Pero la evolución reciente de los mayores servicios de streaming está empezando a revelar una realidad diferente, según Bloomberg.
Los servicios de streaming están haciendo que las subidas de precios sean habituales: Netflix subió el precio mensual de su plan estándar a 15.49 dólares/mes en enero y Disney anunció recientemente próximos aumentos.
Pero en julio, el streaming superó por primera vez el consumo de cable. Aun así, el precio medio que los consumidores pagan por el streaming es de 20 a 30 dólares al mes, muy lejos de los 79 dólares/mes que cuesta el plan medio de cable.
Así que, aunque los costes se acumulan, habría que suscribirse a casi todas las plataformas para pagar más de lo que costaría el cable.