Las autoridades fiscales francesas han detectado, gracias a un programa de inteligencia artificial, miles de piscinas privadas no declaradas, lo que ha supuesto para sus propietarios facturas por valor de unos 10 millones de euros.
El sistema puede identificar piscinas en imágenes aéreas y cotejarlas con las bases de datos del registro de la propiedad. Lanzado como experimento hace un año en nueve departamentos franceses, ha descubierto 20,356 piscinas, según informó la Agencia Tributaria.
Las modificaciones de las propiedades, incluida la adición de piscinas, deben declararse a la Agencia Tributaria en los 90 días siguientes a su realización. Como los impuestos sobre la propiedad se basan en el valor de alquiler del inmueble, las mejoras suponen un aumento de los impuestos. Una piscina típica de 30 metros cuadrados supondría un impuesto de unos 200 euros más al año.