Un problema en el motor hizo que la agencia pospusiera el lanzamiento que dará inicio al programa Artemis, la primera gran misión lunar desde la era Apolo.

Faltando 40 minutos de la cuenta regresiva en el Centro Espacial Kennedy (Florida), el control de la misión anunció una suspensión no planificada mientras los técnicos investigaban un problema que había surgido al cargar la etapa central del cohete SLS con más de 700,000 galones de hidrógeno y oxígeno líquido, sobreenfriados a unos gélidos -423 y -297 grados Fahrenheit.

El problema se produjo en uno de los motores situados junto al cohete acelerador sólido derecho. El flujo de hidrógeno líquido hacia el compartimento del motor no funcionaba como debería, y el propulsor no estaba a la temperatura adecuada.