La primerísima actriz Silvia Pinal se convirtió en la primera celebridad del espectáculo en recibir un homenaje en vida en el legendario e icónico recinto del Palacio de Bellas Artes en la CDMX.

Con una trayectoria de más de siete décadas en cine, teatro y televisión, su alma mater, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y la Cineteca Nacional, en coordinación con la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, organizaron un evento que quedará en la memoria de México como un hito, esperando que a partir de ahora se normalice este tipo de acciones en reconocimiento al talento de las grandes figuras de las artes en nuestro país.

La crema y nata del teatro, cine y televisión, fue convocada para celebrar a la Gran Diva, y uno de los invitados de honor, fue el actor Ignacio López Tarso, quien hace algunos meses pidió que se reconociera a la famosa como se lo merece.

Sin embargo, algunos de los asistentes se quejaron de la “austeridad” del evento. “Backs” sin ilustraciones, fondos planos sin texturas, sin accesorios o utilería.

Según los asistentes, en el evento se habrían presentado algunos problemas: “Ella estaba feliz y emocionada, porque sí estaba feliz, pero hay varias preguntas, ¿quién pagó el homenaje?, ¿quién le invirtió dinero?, porque faltó dinero, fue muy lúgubre, muy oscuro, viéndolo desde el tema de producción”, comentó la periodista de espectáculos Ana María Alvarado.

“Faltaron recursos, unos musicales muy deslucidos, una transmisión que no se aprovechó. En vivo, Diana Bracho muy abajo en el nivel de conducción, entonces creo que faltó alegría, faltó meterle vida, alegría, faltó meterle dinero a todo lo ancho, pero doña Silvia estaba feliz”, dijo Alvarado sobre el evento.

Por su parte, Pati Chapoy, en su emisión de Ventaneando, comentó al respecto que, habiendo sido transmitido por Canal 22, manejado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, quien coordinó el evento, tal vez fue por eso no hubo mayor producción al respecto, ya que tanto este canal, como Canal 11, son canales de televisión pública, y la austeridad es una constante en la mayoría de sus transmisiones en vivo.