Para algunos adultos, la tartamudez es bastante leve; el Presidente Biden entra en esta categoría. Para otros, la tartamudez sigue siendo grave.
La tartamudez es una de las muchas discapacidades que los estadounidenses han tratado con desdén y la discriminación de los discapacitados -a veces irreflexiva, otras veces deliberada- sigue siendo habitual.
En el caso de los tartamudos, puede adoptar la forma de suposiciones de que la afección se debe a ansiedad o a nerviosismo pero no es ninguna de las dos cosas. Se trata de una condición neurológica con influencia genética.