En esta nación que envejece, una residencia ha contratado a una clase inusual de trabajadores para animar los días de sus residentes.
Se trata de “bebés trabajadores”, como los llama el director de la residencia: 32 niños hasta ahora, todos menores de 4 años, que pasan tiempo con sus residentes, que en su mayoría tienen más de 80 años. Los residentes entablan conversaciones con los jóvenes ayudantes. Los bebés, acompañados por sus padres o tutores (normalmente madres), ofrecen abrazos a los residentes.
¿La recompensa de los visitantes? Pañales, leche de fórmula para bebés, sesiones fotográficas gratuitas para bebés y cupones para una cafetería cercana.
El centro, Ichoan Nursing Home, está en Kitakyushu, una ciudad que está envejeciendo y encogiendo como el resto de Japón. Dado que las familias son cada vez más pequeñas y las personas mayores están más aisladas, el programa ha ayudado a las personas a conectarse entre generaciones.