Las relaciones amorosas pueden fracasar por una variedad de razones. A veces, las personas simplemente no están listas para el compromiso y no pueden hacer que la relación funcione. Otras veces, las personas no pueden manejar las diferencias y los conflictos y terminan rompiendo. A veces, las personas pueden ser infieles o tener problemas de control.
En otras ocasiones, las relaciones amorosas fracasan porque simplemente no hay química. Las personas pueden ser muy diferentes y tener intereses muy diferentes. O pueden no tener nada en común. También puede haber un desequilibrio de poder. Por ejemplo, una persona puede ser muy dominante y la otra persona puede sentirse oprimida.
Las relaciones amorosas también pueden fracasar porque una persona puede estar pasando por un momento difícil. Por ejemplo, si una persona está pasando por un divorcio, puede ser muy difícil para ella o él comprometerse a otra relación. O si una persona está pasando por una enfermedad, puede ser difícil para ella o él concentrarse en la relación.
En general, las relaciones amorosas fracasan porque las personas no son compatibles, no están listas para el compromiso o tienen problemas personales.