La presión por la asimilación y las deficiencias tecnológicas han obligado a muchos latinos en Estados Unidos a prescindir de las tildes que normalmente llevan los apellidos hispanos y que cambian la pronunciación de forma drástica.
Pero algunos están haciendo un balance de su herencia cultural y adoptando las tildes como muestra de orgullo.
Las escuelas estadounidenses castigaban a los alumnos e intimidaban a los padres por hablar en español. Los latinos también se enfrentaban a la segregación y la discriminación. Esto ocasionó el desuso del idioma y el uso de las tildes se convirtió en un “signo de vergüenza.
Las tildes (á), las virgulillas (ñ), las diéresis (ü) y las cedillas (ç) son claves en lenguas románicas como el español y el portugués, e indican cómo se pronuncian algunas palabras.
En español, por ejemplo, “ingles” significa ingle, mientras que “inglés” significa inglés.
Sin la virgulilla en año el significado sería radicalmente distinto.