Todos los demás retos de Biden -desde la alta inflación, el Covid-19, el cambio climático y el enfrentamiento con China- palidecen frente al creciente peligro que supone la nueva escalada de la guerra en Ucrania por parte del Presidente ruso Vladimir Putin.
La amenaza implícita de Putin de que podría utilizar armas nucleares, pronunciada en un discurso el miércoles -y su advertencia de que no era mentira- hizo que el propio discurso de Biden en la Asamblea General de la ONU pareciera aún más grave.
“No se puede ganar una guerra nuclear, y nunca se debe librar”, dijo Biden ante la Asamblea General de la ONU.
Otros presidentes han dicho a menudo algo similar. Pero Biden es el primer comandante en jefe de Estados Unidos en 40 años que debe enfrentarse al Armagedón no como una posibilidad teórica, sino como un riesgo cada vez más real.