La ayuda militar a Kiev se ha convertido en una especie de prueba de fuego de la capacidad de Olaf Scholz para dirigir a Europa en su crisis de seguridad más importante desde la Segunda Guerra Mundial.
El canciller alemán Olaf Scholz va al grano cuando se le pregunta por qué su país no enviará tanques de combate a Ucrania: Es “una guerra muy peligrosa”, dijo.
Ucrania ha conseguido recientemente avances frente a Rusia, que invadió el país en febrero, y ha pedido refuerzos a Occidente. Pero Alemania se ha negado a liderar el envío de esa ayuda.