Desde pequeños, a los latinos se nos enseña a despreciar los lunes. Es el día que señala el final del fin de semana y el comienzo de una nueva semana de trabajo. Para muchos, es un día que se asocia con el temor y el agotamiento.
Hay varias razones por las que los latinos odian los lunes. Por un lado, es el día en que la mayoría de la gente tiene que volver al trabajo después de un descanso de dos días. Esto puede ser duro para cualquiera, pero es aún más difícil para los latinos, que a menudo tienen que trabajar muchas horas.
Además, los latinos suelen cobrar menos que sus homólogos blancos, lo que puede hacer que ir a trabajar el lunes sea aún más difícil. Los latinos también son más propensos a trabajar en empleos con salarios bajos, que pueden ser física y emocionalmente agotadores.
Por último, los lunes pueden ser un recordatorio de todas las formas en que la comunidad latina está en desventaja. Es un día en el que muchos de nosotros sentimos que empezamos la semana en desventaja.
Entonces, ¿por qué los latinos odian los lunes? Hay varias razones, pero en última instancia se reduce al hecho de que es un día que señala el comienzo de una nueva semana de trabajo. Para muchos de nosotros, esa es una perspectiva difícil y agotadora.