Una investigación de un año de duración ha culminado con la publicación de un informe en el que se acusa a los entrenadores y directivos de la Liga Nacional de Fútbol Femenino, así como a la Federación de Fútbol de EE.UU., de haber ignorado las quejas de las jugadoras sobre conductas sexuales, verbales y emocionales indebidas.
El informe, encargado por US Soccer, se centra en tres casos de gran repercusión, pero también señala que los abusos se normalizaron en toda la liga y que los dirigentes estaban más preocupados por ser demandados que por corregir los errores.
La investigación se produce después de las protestas de los jugadores que consideraban que no se les escuchaba.