Los niños problemáticos son aquellos que no se portan bien, hacen bromas pesadas, son agresivos o simplemente no hacen lo que se les pide. Tener un hijo problemático puede ser muy estresante para los padres, pero existen algunos consejos que pueden ayudar a lidiar con ellos.

Lo primero que se debe hacer es establecer límites claros. Los niños problemáticos necesitan saber qué se puede y qué no se puede hacer, y es importante que los límites sean consistentes. También es importante ignorar el comportamiento problemático cuando sea posible, ya que la atención negativa puede empeorar el problema.

Otro consejo útil es buscar la ayuda de un profesional si el problema es grave o si no se está mejorando con el tiempo. Los niños problemáticos pueden necesitar tratamiento especializado, y los padres no deben intentar lidiar con el problema por sí solos.

En general, lidiar con niños problemáticos requiere mucha paciencia y perseverancia. Es importante no perder la esperanza y recordar que el problema puede mejorar con el tiempo.