Los niños más jóvenes suelen ser los que peor lo pasan en un divorcio. Según diversos estudios, los niños de entre 6 y 10 años son los que más sufren ya que no son capaces de comprender lo que está pasando.

En esta edad, los niños todavía necesitan la estabilidad de un hogar unido y la separación de sus padres puede resultar muy confusa e insegura.

Sin embargo, no debemos olvidar que cada niño es un mundo y, por lo tanto, cada uno reacciona de manera diferente a un divorcio. Hay niños que lo llevan mejor que otros, incluso aquellos que tienen padres que se llevan mal.

Al final, lo que más importa es la forma en que los padres manejan la situación. Si se mantienen unidos durante el proceso y no le echan la culpa al otro, los niños se sentirán más seguros y, por lo tanto, lo afrontarán mejor.