El “hay una aplicación para eso” de Apple era un divertido eslogan publicitario. Pero ahora, puede haber demasiadas aplicaciones para demasiadas cosas.
Okta, una plataforma que conecta a los empleados con las aplicaciones, descubrió que las empresas utilizaban una media de 89 aplicaciones diferentes en 2021, frente a las 58 de 2015, según Bloomberg.
Se supone que las aplicaciones facilitan la vida, pero la sobrecarga de aplicaciones en realidad disminuye la concentración y aumenta el estrés.
Las frustraciones aumentan cuando las empresas cambian las aplicaciones con frecuencia, exigen a los empleados que recuerden un montón de contraseñas y complicados procedimientos de inicio de sesión, o cuando las notificaciones son constantes.
¿La solución? Bueno, podría ser racionalizar o consolidar las aplicaciones en toda la empresa para asegurarse de que no hay redundancias, pero eso podría significar la instalación de otra aplicación.