La ciudad china de Shanghái comenzó a administrar una vacuna inhalable contra el COVID-19 en lo que parece ser una primicia mundial.

La vacuna, una niebla que se aspira a través de la boca, se está ofreciendo de forma gratuita como dosis de refuerzo para las personas previamente vacunadas.

Los científicos esperan que estas vacunas “sin aguja” hagan más accesible la vacunación en países con sistemas sanitarios frágiles porque son más fáciles de administrar. También pueden convencer a las personas a las que no les gusta recibir una inyección en el brazo para que se vacunen.

China quiere que un mayor número de personas se vacunen antes de relajar las estrictas restricciones contra la pandemia que frenan la economía y están cada vez más desincronizadas con el resto del mundo. A mediados de octubre, el 90% de los chinos estaban totalmente vacunados y el 57% había recibido una vacuna de refuerzo.