El pasado mes de abril, Santiago Maratea recaudó 2.1 millones de dólares en dos semanas tras su debut viral como influencer con conciencia social en Argentina. Su campaña de crowdfunding consistía en importar del extranjero un costoso medicamento para un bebé de 11 meses que padece una rara enfermedad, la atrofia muscular espinal.
Días después de la campaña de Maratea, el gobierno aprobó el medicamento, haciéndolo disponible para su compra en Argentina.
Maratea, un bonaerense de 30 años, comenzó en las redes sociales en 2015 como un influencer lúdico y supuestamente apolítico. Los políticos rara vez responden, preocupados porque una réplica sólo podría aumentar las posibilidades de más ataques de Maratea y sus 3.4 millones de seguidores en Instagram.