Muchos trabajadores remotos se trasladan de ciudades caras a zonas más baratas donde pueden permitirse una vivienda.
Esto no sólo eleva los costes de la vivienda, sino que también está forzando los limitados recursos hídricos, especialmente en el suroeste de Estados Unidos, afectado por la sequía, donde las temperaturas son altas y el agua disminuye debido al cambio climático.
Ciudades como Phoenix, Austin y Santa Fe han visto aumentar su porcentaje de trabajo a distancia a más del 20% en 2021, en comparación con la media nacional del 17.9%.
Un estudio de la Universidad de Nevada, en Las Vegas, descubrió que el uso de agua residencial en Henderson, Nevada, aumentó en medio de la pandemia, debido en parte al trabajo a distancia.