Los teléfonos inteligentes podrían utilizarse para vigilar la seguridad de los puentes de forma mucho más rápida y barata de lo que es posible en la actualidad, proporcionando a los ingenieros datos que pueden utilizar para reparar las estructuras antes de que se vuelvan peligrosamente inestables.

En unas pruebas en las que se condujo por el puente Golden Gate de San Francisco y por un puente de hormigón armado en Italia, los investigadores de la Academia Militar de West Point y otras universidades descubrieron que sólo dos teléfonos inteligentes podían proporcionar datos con una precisión similar a la de 240 sensores fijos.

Los teléfonos captan las vibraciones que se producen de forma natural, lo que permite a los investigadores controlar los cambios estructurales a lo largo del tiempo, y podría prolongar la longevidad del puente en un 30% al ayudar a los equipos de mantenimiento a realizar reparaciones más oportunas.