He aquí un antídoto para un mundo siempre estresante, ocupado e incierto. Intenta encontrar y saborear pequeños bocados de alegría en tu día.
Al sintonizar conscientemente con las experiencias agradables, bonitas y a veces rutinarias de cada día, podemos transformar un momento que de otro modo sería mundano en algo más significativo e incluso alegre.
Comer con un compañero de trabajo. Pasear al perro. Enviar mensajes de texto a un amigo. Comer una comida favorita. Llamar a tu madre. Pasar el rato.
Una nueva investigación muestra que encontrar y saborear estas pepitas de alegría puede ser una forma de cultivar constantemente una vida buena y con sentido.
Tomar un tentempié de alegría puede ir más allá de centrarse en nuestras propias experiencias. Compartir nuestros tentempiés de alegría también ayuda a fomentar vínculos más fuertes con quienes más nos importan.
Las investigaciones sobre las relaciones de pareja han descubierto que las parejas que celebran las pequeñas cosas con regularidad -no sólo los aniversarios- tienen relaciones más fuertes y felices.