Los científicos están empezando a estudiar el impacto de las presas de castores en la tundra.
Hoy en día, los castores tienen hogares y colonias repartidos por la tundra de Alaska y Canadá, y su número va en aumento.
Aún no está claro lo que estos nuevos residentes significan para el ecosistema ártico, pero la preocupación es cada vez mayor, y la población local y los científicos están prestando mucha atención.
Los investigadores han observado que las presas que construyen los castores aceleran los cambios que ya se están produciendo debido al calentamiento del clima.
A los indígenas les preocupa que las presas puedan suponer una amenaza para las migraciones de las especies de peces de las que dependen.