¿Qué es exactamente lo que hace que el amor huya de una relación que alguna vez fue perfecta? Aquí hay 3 razones por las que el amor, a pesar de las promesas de una eternidad, a veces puede marchitarse en la nada.
#1 El amor muere por expectativas poco realistas. Cuando uno está enamorado, tiende a tener expectativas poco realistas de toda la relación. Si bien no hay nada de malo en poner a tu pareja en un pedestal, hay una delgada línea entre el idealismo y estar ciego ante todo el asunto. Recuerda que todas esas películas y novelas románticas tienen una sensación unidimensional de los personajes y situaciones, y tu pareja es solo humana, propensa a debilidades, prejuicios y fallas.
Tal es la belleza del amor verdadero, elegir amar a alguien a pesar de todas sus debilidades. Las expectativas poco realistas pueden acabar con las relaciones, porque pueden llevar a decepciones cuando no se cumplen. Las expectativas incumplidas pueden conducir a sentimientos de inadecuación y traición, que en última instancia hacen que una relación fracase.
#2 El amor muere porque no se construyó sobre una base sólida. Cuando el amor se construye sobre los cimientos débiles de la inseguridad y la deshonestidad, eventualmente se derrumbará. Incluso una gran química sexual no es una base lo suficientemente sólida para resistir los obstáculos que puede enfrentar su relación. La amistad, por fuerte que sea, tampoco puede ser la única base sobre la que trabajar.
Necesitas confianza, respeto y honestidad. Necesitas perseverancia para superar las pruebas del amor. Construir una relación sobre algo tan fugaz y endeble como el sexo, el enamoramiento o un coqueteo mutuo solo garantizará el fracaso.
# 3 El amor muere porque, para empezar, no era realmente amor. He escuchado muchas historias de parejas que se desenamoraron porque ya no sentían que era amor. La mayoría de las personas caen en un estado de enamoramiento durante el inicio de su relación, y tienden a mirar todo a través de lentes color de rosa.
Una vez terminada la etapa de la luna de miel, se dan cuenta de que las cosas ya no son como antes. Lo que pasa con las relaciones, las reales, es que mejora cuando las dos personas involucradas crecen y avanzan juntas. En el caso del enamoramiento, la conexión es tan fugaz como la emoción inicial de la atracción.