Según un nuevo estudio, esas pequeñas dosis de ejercicio, si son lo bastante intensas, pueden resultar muy beneficiosas. El estudio es uno de los primeros en examinar que un poco de actividad física da para mucho, incluso un movimiento que no se considere un entrenamiento.

El artículo, publicado en Nature Medicine, muestra que pequeñas rachas de ejercicio a lo largo del día se asocian a reducciones significativas del riesgo de enfermedad.

Los que realizaban ejercicios de uno o dos minutos aproximadamente tres veces al día, como caminar a gran velocidad mientras se desplazaban al trabajo o subir escaleras rápidamente, mostraron una reducción de casi el 50% en el riesgo de mortalidad cardiovascular y de aproximadamente el 40% en el riesgo de morir de cáncer, así como de todas las causas de mortalidad, en comparación con los que no realizaban ningún tipo de ejercicio vigoroso.