Puede ser realmente frustrante que tu hijo se niegue a comer. Puede sentir que lo ha intentado todo, pero nada parece funcionar. A continuación te presentamos algunas posibles razones por las que tu hijo puede no estar interesado en la comida:
1. No tiene hambre. Esto puede parecer obvio, pero a veces los niños simplemente no tienen hambre. Quizá hayan jugado mucho en el recreo y hayan quemado toda su energía, o hayan comido mucho y no estén listos para cenar todavía. Si tu hijo no tiene hambre, es inútil que intentes forzarlo a comer.
2. No le gusta la comida. Los niños pueden ser muy quisquillosos con la comida, y a veces simplemente no les gusta lo que se les sirve. Si tu hijo se niega a cenar, prueba a darle otra cosa que pueda gustarle más.
3. Se aburre. Comer puede ser aburrido si no hay nada más que hacer. Si tu hijo está sentado en la mesa sin otra cosa que hacer que comer, probablemente no estará muy interesado en la comida. Intenta jugar a un juego o ver una película mientras coméis para hacerlo más divertido.
4. Están cansados. Si tu hijo está cansado, es posible que no tenga energía para comer. Intenta darles una siesta o dejarles ir a la cama temprano si no están interesados en la comida.
5. Está enfermo. Si tu hijo está enfermo, es posible que no tenga ganas de comer. Si tiene fiebre, vómitos o diarrea, es mejor esperar a que se sienta mejor antes de intentar que coma.
Si tu hijo se niega a comer, no le obligues. Intenta averiguar por qué no se interesa por la comida y ve si puedes solucionar el problema.