Lo hemos repetido hasta la saciedad: ser padres es una tarea difícil y no existe un manual para ser buenos padres, aunque existen ciertas pautas con las que podemos guiarnos.
Algunos padres, que pueden parecer autoritarios al principio, pero al pasar el tiempo, son convenientes ya que no permiten que los niños tengan conductas que los puedan perjudicar en su futuro.
Por lo contrario, otros padres no ven necesario poner límites a sus hijos y algunas veces esos niños cuando crecen se convierten en seres muy difíciles de controlar.
Poner límites es necesario; existen conductas que son intolerables, pero también hay que tener en cuenta que los padres deben distinguir muy bien si las situaciones que se salen de control, tienen que ser manejadas por especialistas.
Algunas conductas que no se pueden permitir a los niños son:
IRRESPETAR
Es la falta más grave que puede cometer un niño contra sus padres. Si un niño le pega, grita, tira cosas o se enfurece diciendo groserías, es momento de tomar acción y encausar esas emociones negativas a algo más positivo.
ROBAR
Posiblemente al negársele al niño algún objeto, él sienta que puede tomarlo porque lo quiere. En ese caso hay que explicarle que eso se llama robar y es un delito. Además, el valor de la honestidad es uno de los más importantes de aprender.
BURLARSE
Los padres jamás pueden permitir que su hijo le haga bullying a otro niño, simplemente porque es diferente a él. En este caso, hay que enseñar el valor del respeto por el prójimo.
COMPORTAMIENTO INADECUADO
Puede ocurrir que el niño se niegue a bañarse, lavarse los dientes, se mete las manos sucias a la boca o haga cosas privadas en público; en este caso, no se puede permitir que alguno de esos comportamientos se repita; hay que poner límites.