Los PFAS se han encontrado en todas partes, desde el agua de lluvia hasta la sangre del cordón umbilical. Según la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA), se han relacionado con el cáncer, la inmunodepresión y los problemas reproductivos y de desarrollo.
Científicos y grupos de la sociedad civil están dando la voz de alarma sobre los efectos de estas sustancias químicas en el cuerpo humano y su persistencia en el medio ambiente.