Los investigadores han descubierto que la calidad del sueño se deteriora con la edad: Los adultos mayores suelen tardar más en dormirse y se despiertan con más frecuencia por la noche.
También pasan menos tiempo en un sueño profundo y reparador. Los niveles de melatonina, que desempeñan un papel importante en los ciclos de sueño y vigilia, también se alteran con la edad.
La buena noticia es que los mismos hábitos que mejoran el sueño de las personas en general también funcionan para los adultos mayores con patrones de sueño cambiantes.
Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, evitar las siestas y la cafeína a última hora de la tarde, seguir una dieta sana y hacer ejercicio con regularidad son cosas que ayudarán a conciliar el sueño, según sugieren las investigaciones.