Las investigaciones han descubierto que las personas que consumen regularmente la cocina de países como Grecia, Croacia e Italia -que incluye muchas verduras, cereales integrales, frutos secos, proteínas magras y grasas saludables- tienen una presión arterial más baja, menos colesterol y menores tasas de enfermedades cardiovasculares.
Las personas que siguen la dieta mediterránea tienden a “comer alimentos que reconocerían sus abuelos”, afirma un cardiólogo. A diferencia de muchas otras tendencias sanitarias, según los dietistas, la dieta mediterránea es realmente buena para la salud, e incluso puede mejorar la atención, el estado de alerta y la satisfacción.