Como madre o padre tienen la responsabilidad, pero también la agradable tarea de formar hijos con calidad humana.

Cuando el bebé está en el vientre materno empieza a percibir estímulos, pero, a partir del nacimiento puede apreciar tu mirada, sonrisa, caricias, cómo le enseñas palabras, juegos y muchas otras actividades. Todo esto forma archivos de memorias, sensaciones y emociones que van a estar en su vida siempre.

Si das ejemplo de amor, empatía y alegría, estás fomentando la calidad humana.

Seguramente conoces casos de niños que fueron dejados en espacios oscuros y solitarios, o son abandonados sin el cuidado de alguien responsable o los dejan llorar hasta el cansancio. Esos niños tienen altas probabilidades de que su cerebro se atrofie y no se pueda recuperar.

La genética es una parte importante en la definición de su personalidad y su desarrollo, pero lo que pase en la vida de tu hijo entre los 0 y 9 años es clave para formar seres de bien, solidarios, empáticos, responsables y seguros de sí mismos.

Como padre o madre debes tomar conciencia de la valiosa labor que estás desarrollando ya que con esto estás aportando a la sociedad un ser con calidad humana.