Las lágrimas de su hijo por cosas pequeñas están relacionadas con el control emocional. Las lágrimas en sí deben considerarse neutrales: no hay nada bueno o malo en ellas. Reconozca verbalmente la tristeza o la decepción de su hijo, pero no tiene que hacer nada. El padre no necesita “arreglar” el problema “cediendo”. Debe evitar un patrón en el que el padre cambie su comportamiento debido al llanto.
Su hijo puede aprender una respuesta diferente o adicional al llanto. Valide sus sentimientos, pero quite la atención del llanto. Concéntrese en cambio en redirigir su comportamiento hacia la meta e ignore los arrebatos adicionales. Grandes elogios por intentar o lograr la meta.
No hagas esto: di: “Iré a la tienda y compraré las barras de cereal que quieres”, e ignora sus sentimientos molestos.
Intenta esto en su lugar: “Lo siento, no compré las barras de cereal que quieres y que estás molesto. Tendrás que encontrar algo en la despensa que funcione hasta la próxima vez que vaya de compras”.
Si tu hijo elige otro refrigerio, incluso con algo de llanto o lloriqueo, es un éxito. Así que elogie la acción. Di algo como “Puedo notar que fue difícil para ti, pero estoy orgulloso de que hayas encontrado algo más que te guste”. Concéntrese en el objetivo final y preste atención a eso, no a las lágrimas.