Tu hijo ya no es un niño pequeño. Son adolescentes o preadolescentes, y es hora de modificar sus habilidades de crianza para mantenerse al día con ellos.
Sí, probablemente estén más malhumorados ahora que cuando eran jóvenes. Y tienes cosas nuevas en las que pensar, como toques de queda, citas, nuevos conductores y amigos que te hacen levantar las cejas.
No hay duda al respecto: tu adolescente pondrá a prueba sus límites y su paciencia. Pero siguen siendo tus hijos. Y, aunque no lo admitirán, ¡todavía te necesitan!
La clave es saber qué esfuerzos valen la pena y cuáles son contraproducentes.
Esperando lo peor
Podría convertirse en una profecía autocumplida: las expectativas negativas en realidad pueden promover el comportamiento que más temes. Un estudio de la Universidad Wake Forest mostró que los adolescentes cuyos padres esperaban que se involucraran en comportamientos riesgosos reportaron niveles más altos de estos comportamientos un año después.
Analizar las cosas pequeñas
Tal vez no le guste el corte de pelo o la elección de ropa de su hija preadolescente. O tal vez no obtuvieron el papel en la obra que sabes que se merecen.
Pero antes de intervenir, mire el panorama general.
Si no pone a su hijo en riesgo, déle la libertad de tomar decisiones apropiadas para su edad y aprenda de las consecuencias de sus decisiones.
Por supuesto, seguirá estando allí para brindarle orientación y consuelo; seguirá siendo el padre. Pero desafíese a sí mismo a dar un paso atrás y hacerle saber a su hijo que está allí para ayudarlo.
Demasiada o muy poca disciplina
lgunos padres, al percibir una pérdida de control sobre el comportamiento de sus hijos adolescentes, toman medidas enérgicas cada vez que su hijo se pasa de la raya. Otros evitan todo conflicto por temor a que sus hijos adolescentes los alejen.
No tienes que hacer ninguna de esas cosas. Se trata de encontrar un equilibrio entre la obediencia y la libertad.
Si pone demasiado énfasis en la obediencia, es posible que pueda hacer que su adolescente o preadolescente se alinee, pero ¿a qué precio? Los adolescentes criados en entornos rígidos pierden la oportunidad de desarrollar habilidades de resolución de problemas o de liderazgo, porque usted toma las decisiones por ellos.
Sin embargo, muy poca disciplina tampoco ayuda. Los adolescentes y preadolescentes necesitan una estructura clara y reglas para vivir a medida que comienzan a explorar el mundo exterior.