La quiebra del banco SVB ha puesto de relieve la cantidad de pérdidas no realizadas -activos que han bajado de precio pero aún no se han vendido- que acumulan los bancos estadounidenses. En resumen: Cuando los tipos de interés estaban cerca de cero, los bancos estadounidenses compraron muchos bonos del Tesoro. Ahora, cuando la Reserva Federal sube los tipos para luchar contra la inflación, esos bonos han perdido valor.
El resultado es que la mayoría de los bancos tienen alguna cantidad de pérdidas no realizadas en sus libros: 620,000 millones de dólares, en conjunto, a finales de 2022, según la FDIC.
Esto significa que los bancos podrían encontrarse con menos efectivo del que pensaban -especialmente cuando lo necesitan- porque sus títulos valen menos de lo que esperaban.