Las heridas que deja están matando a la gente.

La heroína fue superada por el opioide sintético más potente, el fentanilo. Pero los efectos del fentanilo no duran tanto como los de la heroína, por lo que se añadió xilacina al fentanilo de la calle para “darle fuerzas”, según Sarah Laurel, fundadora de Savage Sisters, el grupo de reducción de daños que emplea a Sherman. 

La xilacina no está aprobada para el consumo humano, pero está ampliamente disponible para que los veterinarios seden a animales grandes como los caballos. Al igual que un opioide, puede matar el dolor, pero no se puede revertir con Narcan, también conocido como naloxona, que se utiliza para tratar las sobredosis de opioides, según la Agencia Antidroga de Estados Unidos.

El Dr. Joseph D’Orazio, médico de urgencias y especialista en medicina de la adicción del Hospital de la Universidad de Temple, dijo que los pacientes empezaron a tener heridas importantes que eran diferentes de las típicas del consumo de drogas inyectables. “Estas heridas eran mucho más profundas, mucho más graves, había grandes zonas necróticas”, dijo. “Llegaban hasta los tendones. A veces se veían los huesos, y empezábamos a ver más pacientes que requerían amputaciones.”