Todos los seres humanos nos equivocamos y nos sentimos mal; sin embargo, lo que marca la diferencia es lo que hagamos después.
Si hemos traicionado a un amigo, debemos hacer todo lo posible para remediarlo y disculparnos de una manera sincera.
Cuando nos disculpamos sinceramente tal vez logremos curar un poco los sentimientos heridos y el enojo del otro; se necesita valor para admitir el error.
Debes saber que lo más importante de una disculpa es la sinceridad; cuando nos disculpamos estamos sintiendo profundamente el daño que le hemos causado al otro. Si la disculpa la damos para sentirnos mejor nosotros mismos, no es creíble.
La disculpa sincera también debe estar acompañada de un deseo sincero de cambiar. Hay que hacerle saber al amigo ofendido que ese error no se va a repetir.
Otro aspecto importante es que debemos disculparnos personalmente, hablar con esa persona sería lo ideal, pero si no se puede lograr, hay que recurrir a una nota escrita.
Afortunadamente, los amigos por lo general aceptan la disculpa, aunque algunos lo hacen inmediatamente, otros toman un poco más de tiempo para hacerlo y recobrar la confianza. Hay que hacerlo de la mejor manera posible y el resto dependerá de la otra persona.