Con los precios en alza, una nueva tendencia se impone en Estados Unidos: remendar.
Arreglar tus prendas favoritas no sólo es práctico y sostenible, dicen sus adeptos. También es agradable y un antídoto contra las vidas cargadas de tecnología.
En lugar de llenar los vertederos, los zurcidores pretenden alargar la vida de la ropa y transformar la percepción de los tejidos.
Según Kate Fletcher, profesora danesa que acuñó el término “moda lenta”, “los estudios han demostrado que la gente obtiene la misma sensación de satisfacción y compromiso cuando compra cosas nuevas que cuando mantiene o repara las que ya tiene”.