Los padres sobreprotectores pueden afectar a sus hijos de varias maneras. En primer lugar, pueden hacer que sus hijos se sientan inseguros e incapaces de cuidar de sí mismos.
Esto puede llevar a que los hijos dependan de sus padres para todo, lo que puede ser muy estresante para ambas partes.
En segundo lugar, los padres sobreprotectores pueden impedir que sus hijos se relacionen con otros niños y hacerles sentir aislados.
Esto puede ser particularmente dañino si los hijos no tienen otros adultos en quienes confiar.
Finalmente, los padres sobreprotectores pueden hacer que sus hijos se sientan ansiosos y frustrados, ya que siempre estarán esperando que algo malo les suceda.