Los expertos creen que la mayoría de las personas podrían beneficiarse de mejorar sus patrones respiratorios.

Inspiramos y expiramos unas 25,000 veces al día. Sin embargo, según los expertos, incluidos neumólogos y psiquiatras, la mayoría lo hacemos mal: respiramos demasiado rápido y superficialmente.

En las últimas décadas, la investigación ha empezado a confirmar lo que las antiguas culturas creían desde hace mucho tiempo: El trabajo respiratorio, la práctica de corregir y controlar la respiración mediante ejercicios sencillos, puede mejorar la salud y el bienestar.

En reposo, la respiración debe ser lenta y constante, entre 12 y 20 respiraciones por minuto. Disminuirla aún más -entre cinco y siete respiraciones por minuto en reposo- puede ayudar a reducir la tensión arterial, regular el ritmo cardíaco y mejorar el estado de ánimo. Los investigadores también han señalado que respirar despacio puede reducir el dolor crónico, el estrés y la depresión, y mejorar la forma física y los niveles de energía.