La semana pasada, Pablo de Llano, periodista del diario español El País, tuvo una interesante charla con Karol G. Esa mañana, la artista global lo recibió en la habitación del hotel en el que se hospedaba, pero la encuentra trasnochada, o mejor dicho, sin dormir nada.
“Es que yo no duermo, mi cabeza es como un motorcito que no puedo apagar. Me encantaría saber cómo apagarlo, pero no puedo. Hasta cuando logro conciliar el sueño, las ideas me despiertan. Es algo que me ha empezado a pasar en los últimos años. Con todas las cosas que he visto y lo que he podido conocer y alcanzar, mi mente como que vuela más, siento que mi cabeza está volando siempre y pensando en las cosas más locas”, le dice la Bichota al periodista.
“Mi anterior álbum, KG0516, estaba teniendo un éxito increíble y yo no lo quería celebrar. Ya no me gustaba lo que hacía (…) Llegué a un punto donde no quería nada. Un amor te puede hacer sentir la persona más feliz del mundo, pero un desamor en serio te puede destruir la vida. Si uno no tiene la fuerza interna suficiente, un desamor te puede confundir a tal punto que se te desmorone la carrera, la personalidad, la autoestima. A mí me pasó eso. Por eso para mí significa todo que otras personas puedan sanar con mis canciones”. Pero ahora, asegura Karol, se encuentra feliz.
Y vive un momento especial con Ovy On The Drums. Pero hay palabras que Pablo de Llano quiere que Karol le explique: “En ‘X si volvemos’ con Romeo Santos, dices que “a nadie de confianza se le niega un polvo de despedida”. ¿Algo que añadir?, pregunta. Y la Bichota responde: “Que a veces uno no se entiende con una persona y ya no está con ella, pero piensa: Un ratico nada más’”.
Pablo: “Tú pon la cama que yo pongo el krippy”. Karol: ¡El krippy! Es una especie de marihuana.
Pablo: En ‘Pero tú’, escuchamos: “Me tienes envuelto en el booty”. ¿Booty? Karol: “El trasero. Tienes el trasero muy grande y me tienes enflechado ahí”.
Pablo: “En ‘Besties’ cantas que vas con tus amigas a la disco “con diamantes en el gistro”. Karol: “Ja, ja, gistro es una tanguita. Lo que dice ahí es que pensamos tanto en los detalles que hasta tenemos diamantes en el gistro”. Y siguen: ¿Bellaquear? Coquetear. ¿Twerkear? Es perrear. En ‘Gucci los paños’ dices que te salió caro llorar un desamor “¿por qué Gucci? ¿se estropea con lágrimas?
“¡Te sorprenderías que mucha ropa costosa de marca es de súper mala calidad!”
“O sea, que para un desamor no hace falta que te compres pañuelos de Gucci. No, para un desamor te va muy bien con el papel higiénico normal”.