1. Preocuparse por las propias necesidades
Como padre, tus hijos se convierten en tu prioridad y rápidamente aprendes a anteponer sus necesidades a las tuyas. Ya sea quedarse despierto toda la noche con un niño enfermo o saltarse un entrenamiento para asistir a un evento escolar, tu enfoque se desplaza de ti mismo a tus pequeños.
2. Dormir hasta tarde
Antes de tener hijos, podías dormir fácilmente hasta las 10 de la mañana de un sábado si querías. Ahora, tienes suerte si puedes dormir una noche completa, por no hablar de disfrutar de un descanso. Incluso los fines de semana y las vacaciones, te levantas temprano para pasar tiempo con tu familia.
3. Salir siempre que quieras
Tener hijos significa decir adiós a los planes de última hora y a la espontaneidad. Con pañales y horas de acostarse de las que preocuparse, no puedes coger y salir cuando te apetezca. En su lugar, tienes que planificar tus noches de fiesta con antelación yConseguir una niñera.
4. Quedarse despierto hasta tarde
Las salidas nocturnas son cosa del pasado cuando se tienen hijos. Una vez que te conviertes en padre, te encuentras con que te vas a la cama temprano para poder estar bien descansado para el día siguiente.
5. Gastar dinero en uno mismo
El cuidado personal pasa a un segundo plano cuando se tienen hijos. Desde la compra de alimentos hasta la inversión en ropa y actividades para los niños, el dinero se destina a cuidar de la familia en lugar de a uno mismo.