Un equipo de investigadores con sede en China quería comprender mejor el poder protector del ejercicio, por lo que examinó datos recogidos en el Reino Unido de más de 92,000 adultos de entre 40 y 73 años. Los participantes pasaron una semana entre 2013 y 2015 llevando una pulsera que medía cuánto ejercicio hacían y cuánto dormían, lo que los investigadores utilizaron como indicador de sus hábitos de vida.
A continuación, los investigadores hicieron un seguimiento de los resultados de salud de los participantes años más tarde. Como era de esperar, los que dormían poco, o los que dormían demasiado y apenas hacían ejercicio, tenían en general más probabilidades de morir durante ese periodo, incluso por problemas como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Pero los investigadores también descubrieron una tendencia sorprendente en los datos: Las personas que hacían mucho ejercicio no tenían un mayor riesgo de muerte, incluso cuando dormían menos de seis horas cada noche.
El estudio sugiere que completar 150 minutos de actividad física moderada o vigorosa cada semana podría anular algunas de las consecuencias para la salud asociadas a dormir demasiado o muy poco, afirmó Jihui Zhang, director del Centro de Sueño y Medicina Circadiana del Hospital Afiliado del Cerebro de la Universidad Médica de Guangzhou y autor del estudio.