El primer mito es que el bronceado te hace lucir más saludable. ¡Falso! En realidad, el bronceado es una respuesta del cuerpo al daño de los rayos UV, lo que puede causar arrugas, manchas y, en casos graves, incluso cáncer de piel.
Otro mito popular es que es seguro broncearse en una cama de bronceado. Pero, de nuevo, esto es falso. Las camas de bronceado emiten rayos UV artificiales, que son igual de dañinos que los rayos del sol. De hecho, usar una cama de bronceado antes de los 35 años aumenta el riesgo de cáncer de piel en un 75 por ciento.
Por último, hay muchas personas que creen que el bronceado es la única forma de obtener suficiente vitamina D. Sin embargo, esto tampoco es cierto. La vitamina D se puede obtener fácilmente a través de una dieta equilibrada y suplementos. Y si aún así quieres tomar el sol, simplemente 20 minutos al día en las horas menos intensas del sol pueden ser suficientes.