Es normal y hasta saludable que las parejas tengan conflictos, pero lo importante es la manera cómo los manejan. Lo ideal es que los problemas se resuelvan a través del diálogo respetuoso, amable y sincero, especialmente cuando se presenten situaciones negativas que pongan en peligro el matrimonio. Por ejemplo:
INFEDELIDAD
La gran mayoría de las infidelidades terminan con el amor. Cuando una pareja se une, se juran fidelidad y amor eterno; si por alguna razón se presente una traición, se piensa en el divorcio.
FALTA DE COMPROMISO
Una relación de pareja es un compromiso entre dos personas. El compromiso no solo abarca el aspecto de manutención, cuidado y protección. Entre los dos debe haber respeto y apoyo.
FAMILIA
Algunas personas son muy cercanas a sus padres o parientes y permiten que ellos interfieran en las decisiones de la pareja. Esto es muy negativo, porque cualquier decisión que tome la pareja, debe ser aprobada por los padres de uno de ellos.