La higiene bucal es una parte fundamental del cuidado personal y una práctica esencial para mantener una buena salud en general. Una buena higiene bucal no solo evita problemas dentales como caries, enfermedades de las encías y halitosis, sino que también puede prevenir problemas de salud graves en otras partes del cuerpo.
La acumulación de placa dental y bacterias en la boca puede provocar infecciones en las encías que pueden llevar a la gingivitis y periodontitis. Estas infecciones pueden propagarse por todo el cuerpo, lo que aumenta el riesgo de enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares, enfermedades respiratorias y complicaciones en el embarazo. La inflamación en la boca también puede afectar al sistema inmunológico, lo que aumenta el riesgo de enfermedades autoinmunitarias y otras enfermedades crónicas.
Por lo tanto, mantener una buena higiene bucal es fundamental para prevenir la propagación de infecciones y enfermedades. Las prácticas diarias de higiene bucal incluyen cepillarse los dientes al menos dos veces al día con pasta dental con flúor, usar hilo dental diariamente y enjuagarse con enjuague bucal después del cepillado.
Es importante también visitar regularmente al dentista para una limpieza y revisión dental. Los chequeos dentales pueden ayudar a detectar problemas en las etapas iniciales y prevenir problemas mayores en el futuro.